Hay pocos productos que estén tan presentes en nuestras vidas como las etiquetas. En los alimentos, en las bebidas, en las prendas de vestir, los cosméticos… Las etiquetas se adaptan a las necesidades de cada producto en lo que se refiere a diseño y material y ofrecen información cada vez más específica. El sector está vivo y avanza según las tendencias. Aquí recogemos las cinco que van a ser fundamentales este año:
- Personalización
Los envases y las etiquetas son los elementos en los que se basan los consumidores para tomar decisiones de compra en los puntos de venta. El diseño impactante y novedoso es fundamental para salir vencedor en un proceso que dura entre uno y cuatro segundos. Por eso, las empresas utilizan sus envases y etiquetas como una potente herramienta de marketing, en la que la personalización es clave. Cada vez más compañías ponen en marcha campañas basadas en la personalización, con distintos tipos de envases y etiquetas para un mismo producto. Ofrecer series cortas es cada vez más importante para mantenerse en el mercado.
- Serialización
Especialmente la industria farmacéutica, pero también otras, como la cosmética de lujo o la alimentación gourmet, necesitan controlar sus productos para garantizar su seguridad. Así, cada vez se hace más importante incluir un identificador único, códigos QR o números de serie en las etiquetas, que permitan saber en todo momento la procedencia de los artículos, su fecha de producción, de envasado o de consumo preferente, así como los desplazamientos por los que ha pasado desde su fabricación hasta su llegada al lineal de un supermercado o de una farmacia.
Incorporar etiquetas individualizadas para cada producto es uno de los grandes retos que tiene por delante la industria del envasado, en el que los productores de packaging y los de etiquetas tendrán que trabajar codo con codo.
- Seguridad contra las falsificaciones
Este punto está muy ligado al de la serialización. La falsificación de perfumes y cosméticos en España supone una pérdida de ingresos de más de 900 millones de euros anuales, según datos de la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética (Stanpa). Poner fin a esta situación es uno de los objetivos de esta industria, que ha visto en las etiquetas un aliado para controlar sus artículos gracias a los identificadores únicos.
España es el cuarto país de Europa que más ingresos pierde por la falsificación de perfumes y cosméticos. Frenar estas falsificaciones no solo supondría aumentar los ingresos de estas empresas y de las arcas públicas -por medio de los impuestos- sino también recuperar los más de 9.700 empleos que se estima que se han perdido por este motivo.
- Materias primas resistentes
En 2016 subió el uso del papel para las etiquetas, pero lo que más aumentó fue la utilización de films, con una diferencia respecto al 2015 del 11,89 por ciento. Muchas industrias, como la de la alimentación o la automovilística, necesitan etiquetas muy resistentes, capaces de mantenerse en entornos de humedad, frío o mucho calor. En esas circunstancias, es fundamental que no se deformen y conserven su diseño.
- Creatividad
Cuando tienes que conseguir que un consumidor se fije en tu producto en lugar del que está al lado en la estantería del supermercado, la creatividad sigue siendo una baza fundamental. Por mucho que se diga, no todo está inventado y siempre es posible redefinir el diseño para adecuarlo mejor al producto. Según el artículo con el que estemos trabajando, funcionará mejor un diseño más limpio y elegante o uno más llamativo, pero siempre hay que pensar en lo que mejor se adapte al producto y a su consumidor final.
