En diciembre es fácil dejarse llevar por el espíritu navideño en lo que a compras y consumo se refiere y las marcas saben que, si juegan bien sus cartas, pueden aumentar significativamente sus ventas. En este contexto, los envase y las etiquetas tienen un papel fundamental ya que no se trata de cambiar los productos, sino de conseguir que entren por los ojos de los consumidores.
En estos días del año más es más y no hay límites a la hora de diseñar: están permitidos los brillos, los lazos y cualquier elemento que permita marcar la diferencia. Pero lo que los consumidores más valoran es la originalidad y la capacidad de las marcas para crear algo único a partir de algo tan sencillo como la etiqueta o el envase de un producto. Un ejemplo claro es la botella de Coca Cola cuya etiqueta se convierte en un lazo.
Coca Cola ha apostado por la personalización de sus envases en los últimos años. También lo ha hecho Nutella, que ofrecía a los clientes la posibilidad de imprimir etiquetas con sus nombres. En Navidad también apuesta por envases temáticos.
La maquinaria que se utiliza hoy en día para producir etiquetas y envases facilita la personalización y la creación de series cortas. Acciones que no solo consiguen repercusión para una marca, sino que además crean en los consumidores un importante sentimiento de vinculación con ella y facilitan su fidelización.
